Cuando apareció en escena Marshal Mathers III con el sobrenombre de Eminem, pense que el fenómeno no pasaba de ser de índole racial: un blanco rapeando.
Y aunque ya se había presentado algo similar, desde casos célebres y comerciales como Vanilla Ice, hasta trayectorias más sólidas y reconocidas como los Beastie Boys, fue un aspecto en particular lo que llamo mi atención de este personaje: La doble personalidad.
En mi temprana adolescencia escuché una canción de Soda Stereo llamada "Doble vida", la cual decía en uno de sus versos: "...todos tenemos una doble vida"
A esa edad no alcanzaba a entender esa dicotomía potencial en mi ya de por sí complicada definición de personalidad derivada del adolecer de la adolescencia, aunque la canción se volvió una de mis favoritas.
Volviendo a Eminem, él utiliza un alter ego llamado Slim Shady que se caracteriza por ser mas irreverente, mas tendiente a molestar o a llamar la atención de una forma un tanto infantil pero con un trasfondo muy inteligente a mi punto de vista.
Por otro lado no dejé de pensar en el Mr. Hyde que en muchas ocasiones mostramos cuando se nos termina la paciencia o cuando nos cansamos de sostener esa máscara que nos hace mas agradables en sociedad.
Entonces es cuando otra idea se cuela en estos lares: El famoso y traicionero subconsciente.
De alguna forma le damos nombre a un ente unido a nosotros pero que curiosamente se lleva el crédito de los actos que nos desagradan o cuyas consecuencias nos rehusamos a aceptar. Ya sea con el argumento de "es que se me metió el diablo" o "no sé en que estaba pensando", nos escurrimos de nuestra responsabilidad.
Es entonces cuando me pierdo en la idea de que si vivimos una doble vida o si una pluralidad de sujetos vive una sola vida.
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