miércoles, 3 de diciembre de 2008

Pena de muerte a asesinos y secuestradores: El amarillo rosado, color de temporada.

Ahora resulta que el amarillismo toma un tinte rosado.
Como una idea tan romántica como la de que los buenos son cien por ciento buenos, y los malos son un eructo del infierno, se ha venido usando un tema que genera casi el mismo morbo que la primera plana de Alarma! o de Fama! (ambas publicaciones cuyo propósito no es precisamente el de informar pero que llaman mucho la atención)
Tanto el PVEM, como el Gobernador del estado han tomado como bandera la propuesta de implementar la pena de muerte para secuestradores y asesinos.
Esta postura denosta una cierta ingenuidad al creer que el hecho de implementar la pena máxima erradicaría la práctica de los mencionados delitos. ¡Y pensar que Humberto Moreira nos advirtió con tiempo de lo peligroso que era Fox con su pensamiento fantasioso!
Pues a su vez también revela el dolo de manipular la atención de una ciudadanía que se interesa más por los últimos chismes de la farándula en pos de una popularidad que sortea "los candados" de una deficiente legislación electoral para mantenerse vigente.
Sería ocioso mencionar todos los casos donde la impunidad juega un papel protagónico en la evasión de la justicia por parte de personajes influyentes por consanguinidad o por cualquier otro compromiso con la clase gobernante, pero, ¿quieren convertir alguna sección de las cárceles en matadero de chivos expiatorios a lo Mario Aburto? Claro, a el no lo mataron pero bien que lo inculparon de manera express. (Aún dudo de su identidad)
La idea está en que no es así nomas de poner penas como se combate el crimen.
Ideas románticas inculcadas vía telenovelas de Televisa aderezadas con la receta secreta de algún Origel o alguna Chapoy serían la receta de los lineamientos que regulen la convivencia de una sociedad que está secuestrada por la dupla Gobierno-Medios de comunicación.
En la madre.... ¿Se les podría aplicar también la pena de muerte?