viernes, 21 de noviembre de 2008

20 de noviembre, con algo mejor que celebrar.

La semana pasada traté de escribir sobre este tema pero afortunadamente no tengo que cumplir con coincidencia de fechas.
En más de una ocasión he sostenido que la revolución mexicana es una de las tantas farsas que nos han tratado de inculcar como si fuéramos autómatas.
En la primaria y secundaria se nos habló de esos hombres leyenda, una versión mexicana de los semidioses griegos, personajes que de una forma se volvían fuente de inspiración para el eterno jodido que conservaba la esperanza que aún y con la falta de educación, la revolución le haría justicia en cualquier momento.... a costa de los que más tienen.
Lo curioso es que si ponemos los hechos sobre la mesa, la parte de revolución que más hace sentido es aquella que se refiere al término en física llamado también rotación.
Y es que al menos en los últimos 98 años, tomando como referencia la efeméride en cuestión (no me sonaba el singular, pero al parecer es válido), parece que nos encontramos siempre bajo la misma perspectiva: Los ricos se hacen cada vez más ricos, y el pobre cada vez mas jodido, con su esperanza de que la historia gire a su favor y la riqueza haga caída libre directo a sus manos.
No sé si es coincidencia, con eso de que prefiero pensar en causalidad que en casualidad, pero al menos los días 20 de noviembre tengo algo mejor que celebrar: Mi aniversario de bodas.
Salú!

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